La Rosetta

Cuando llegué a La Rosetta, no sabía si rediseñar la marca o exorcizarla.
Mala fama, reseñas regulares, estética improvisada… y lo peor: una identidad que no decía nada de lo que sí podía ser.
Pero debajo del caos, había potencial. Y hambre —de la buena.

Así que lo desmonté todo:
Cambios de carta, rediseño visual, tono de voz, web, redes, equipo vestido para brillar...
Una transformación de arriba abajo que no solo mejoró la percepción: hizo que la gente volviera a entrar por la puerta.

Hoy La Rosetta es un lugar con personalidad.
Donde las pizzas llevan nombre propio, las burgers se recuerdan y el diseño no es envoltorio: es parte del sabor.
Y sí, las reseñas ahora vienen con foto, antojo… y cinco estrellas.
Diseñamos una web que no solo muestra pizzas y burgers, sino que te hace sentirlas: cada color, cada imagen, cada rincón digital respira la calidad y el carácter del restaurante.

En redes sociales, transformamos su esencia en publicaciones que abren el apetito y crean conversación. No solo construimos una comunidad, conectamos con ella de forma auténtica, llevando el espíritu vibrante de La Rosetta al mundo digital. Porque aquí, el diseño y la estrategia tienen tanto sabor como sus platos.